martes, 4 de diciembre de 2012

Sistema Filosófico (II): respuesta

En el siguiente link: http://www.lavondyss.net/paginas/regiones-miticas/la-improbabilidad-de-dios se dicen muchas cosas, a lo cual yo respondí:


Das por sentadas muchas cosas. Por ejemplo, el ADN.
¿Lo viste alguna vez? Ah. ¿Cómo sabés de él? ¿Te lo contaron? Ahá, sí.
¿Estás seguro de que funciona así?
Mirá, ya Hume lo dijo: que siempre que haya P resulte Q no significa que si tengo Q haya habido P. Podría ser que Q se haya dado por R.
Eh incluso eso es de dudar. Eso es una construcción lógica del pensamiento humano, y ya hemos demostrado que nos equivocamos, cada vez que tocamos algo caliente aún sabiendo que nos vamos a quemar. Si nos podemos equivocar en eso, la misma lógica nos dice que podemos equivocarnos cuando usamos la lógica.
Es como el concepto de la relatividad. Si todo es relativo, también es relativa la afirmación de que todo es relativo (porque forma parte del todo), por lo que es posible que haya algo que no sea relativo y por lo tanto falsearía la aseveración “todo es relativo”. Es decir, tal afirmación es una paradoja. Y es una paradoja lógica. Y no hay forma de salvarla si no nos vamos de la lógica. Según la lógica, la lógica no es confiable, :P.
Y así con todo. No hay nada de lo cual no podamos dudar. Descartes ha dudado de casi todo, pero ha supuesto que si él está dudando, nada puede hacerle dudar de que duda. Si duda, es porque hay algo que duda, y aventura que ese algo que duda es él, y por lo tanto, él existe. Pienso, luego existo.
Ahora, en realidad sí es posible dudar de que uno está dudando. Simplemente afirmamos que “dudar” es un concepto humano, no una noción inherente al universo, y ya. Cualquier cosa conceptualizable puede ser falsa, incluso la falsedad misma como concepto, así que no es posible estar seguro de nada, ni siquiera de que uno no está seguro de nada.
Así, con esta reducción al absurdo, refuto todo posible argumento.
Ah, sí cierto, me olvidaba: si es el sueño o la vigilia no importa, porque la experiencia es la misma.
Es decir, Descartes dudaba de sus percepciones, pero ¿para qué dudar? Eso no me lleva a nada. Arbitrariamente, yo prefiero quedarme con algo, tener una seguridad (por más irracional que sea) en algo.
Y en base a eso, creo en los conceptos. Conceptos como “herramientas para tomar decisiones”, no como “verdades universales inherentes y reales”.
Y así puedo vivir mi vida muy positivamente.
Mi filosofía es la filosofía de las decisiones y los conceptos. Es una filosofía lingüística. (Adoro las diéresis, ^^.)
A partir del lenguaje que uso, que es en cierto modo una forma de pensar, percibir, ordenar y clasificar el mundo (y, por lo tanto, de re-crearlo en mi mente), creo en la filosofía del juego. Hay que jugar con la realidad, porque jugar es enfrentarte a un desafío con sus propias reglas y consecuencias pre-establecidas, enfrentarse a eso con entusiasmo. Es un salto cualitativo, parafraseando a Kierkegaard. Pero que no deriva de la angustia, sino de la concepción lúdica.
Y recuerden que el juego lúdico por antonomasia es la lucha. Y otro pilar importante en mi filosofía es la lucha. Si no luchás por algo, no estás viviendo. Sólo en la lucha, sólo en el juego, sólo en la decisión y acción, sólo en el pensar, en el hablar y escuchar, se vive.
Y esto es casi una entrada de un blog, así que la voy a poenr en mi blog, :).

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