miércoles, 26 de abril de 2017

El por qué de muchas cosas

¿Cómo puede ser que Bob Dylan ya ganado el premio Nobel de literatura y Borges no?
¿Por qué el mundo ama la mediocridad?
¿Quién dice que la ciencia es la verdad?

Al final, la mayoría de las preguntas que nos hacemos se reducen a una sola: ¿por qué algo es valorado así o asá?

Y es una gran pregunta. Quizás porque se adecua bien a nuestro sistema de valores. Quizás porque carecemos de pensamiento crítico al respecto (que implica diseñar un nuevo sistema de valores para el objeto criticado, o aunque sea para el medio en el que se apresencia). Quizás sea simplemente por oposición o imitación a un tercero (lo que nos lleva a la primera opción: ¿por qué valoramos la oposición o imitación de ese tercero?).

Pero en el fondo es siempre por cómo se adecua eso (o falla al hacerlo, o revoluciona) a nuestro sistema de valores.

¿Qué es nuestro sistema de valores? ¿De dónde sale? ¿Cómo se puede cambiar, destruir o crear un sistema de valores? ¿Es uno sólo para todas las cosas valorables o uno para cada tipo de cosa o uno para cada cosa? ¿O los tres a la vez, en diferentes niveles lógico-valorativos? ¿Qué tan consistentemente aplicamos nuestros sistemas de valores? ¿Qué carajo importa todo esto?

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Toma una cervesa, fatigado guerrero, y suélta la lengua en nombre de Odín y las Musas, y habla acerca de la batalla descipta arriba.